Importancia del Bautismo
El bautismo es uno de los sacramentos de la Iglesia católica y es importante porque representa la incorporación a Cristo. Es un acto que le permite al bautizado, vivir según la fe de la Iglesia. Es el primero de los siete sacramentos necesario para poder acceder a otros, como la comunión, confesión, confirmación, eucaristía o el matrimonio.
Al momento de nuestro nacimiento, no pertenecemos a ninguna fe religiosa ni creencia. Si bien nuestros padres pueden profesarla, deben, por lo general en la mayoría de las religiones, realizar algún ritual tradicional en el que se da inicio formalmente a nuestra vida de fe.
En el caso de la Iglesia católica romana, la tradicional bienvenida y puerta de acceso al camino de fe religiosa está dada en el bautismo. Consiste en un acto que se realiza en la iglesia, en el que el párroco brinda una misa y purifica al bebé con agua bendita sobre su frente.para que formalmente sea parte de la comunidad cristiana.
Cabe destacar que no se trata de un sacramento que solo pueda ser tomado durante la niñez. Muchos adultos deciden convertirse al cristianismo y también pueden son bautizados.
Cuando el bautismo se realiza durante la infancia, son los padres los que eligen la iniciación religiosa del infante. Por eso, en la adolescencia se le otorga el sacramento de la confirmación a los jóvenes, donde tienen la posibilidad de reafirmar su fe en Dios y en la Iglesia. Por el contrario, cuando un adulto es bautizado también está siendo confirmado, dado que se sabe que se trata de una elección personal a conciencia, donde se confirma la fe en Dios.
El bautismo como rito iniciación
El bautismo es importante como acto de amor y fe en Dios, como inicio de una vida marcada por los valores cristianos. Resulta la puerta de acceso a una comunidad de hermanos cristianos unidos todos por la misma creencia y como rito de limpieza del pecado original.
A modo de conclusión, el bautismo como sacramento de la fe cristiana, es un hecho bisagra que marca un antes y un después en la vida de un ser humano creyente. Representa el día de su iniciación en la vida religiosa cristiana.